Toda instancia que consideramos injusta, como medios
precarios de vida durante la infancia, dados estos por el lugar o zona
geográfica a pertenecer, y/o por las condiciones particulares de un núcleo
familiar, suelen explicarse por medio del Budismo bajo el concepto de Karma,
o deuda humana adquirida en una vida
anterior. De esta forma (lo que no indica que así sea) podríamos responder
miles de cuestiones que parecen no tener lógica y las cuales, sin esta teoría,
aduciríamos inercialmente a injusticias del Universo, o de Dios.
Resolver supuestas injusticias con las cuales hemos llegado
a esta vida adosándolo al concepto de Karma, tal vez sea desaprovechar cierta
claridad en los elementos que habrá a futuro (elementos u oportunidades) a lo
largo de nuestra existencia. Es necesario que consideremos que una ecuación
puede tener los mismos valores positivos y negativos de un lado, y del otro
exactamente los mismos valores opuestos. Exponiéndolo en sencillas matemáticas,
podríamos analizar lo siguiente:
Inicio de vida: -3 -5
+2 -7 + 4
Supongamos, por ejemplo, que los valores negativos son
situaciones negativas, y el volumen de cada una de ellas, el valor de la unidad
misma (el valor 3 indicaría una condición menos compleja que el valor 7, por ejemplo). Lo mismo con las
cargas opuestas. Por tanto, si consideramos el concepto de Karma, diríamos que este
hombre ha sido claramente deudor de cuestiones humanas y de crecimiento
espiritual en su vida pasada. Estaríamos resolvemos así ese inicio duro para el
camino extenso que será su existencia, pero nada de luz estaríamos echando
hacia adelante.
¿Pero qué pasa si no concebimos vidas anteriores que hayan
diagramado estas cifras? ¿Qué pasaría si nos centramos en que todo, en su carga
positiva y negativa, está en esta misma vida, de manera equilibrada? ¿No
podríamos entonces prever a futuro las oportunidades que habrán diseminadas, y
que restará únicamente verlas estando en
el lugar correcto, y en el momento adecuado? En otras palabras, analizar la
situación de
-3 -5 +2
-7 + 4
con la que venimos al mundo, ¿no nos define que hacia
adelante habrá?
+3 +5 -2
+7 -4
Expresándolo no matemáticamente: Si llegamos al mundo hallándonos
tempranamente despojados de recursos básicos (hogar, medios para subsistir,
afecto), ¿no habremos de venir con una capacidad extra para generar o producir
tales medios en cantidad, y a la vez, una obvia sensibilidad para hacer algo
útil en otros que vivan similares condiciones?
¿Si superamos lo malo (que parece venir sin razones, pero
nada más lejos que ello) y hacemos uso del extra innato facilitado por el universo,
únicamente para aplacar ese mismo mal del pasado, en otros, entonces, no estaremos
descubriendo para qué estamos, cada uno de nosotros?
Me quedo con el para qué. Karma para, no karma por. Karma no por las causas, sino por las metas. Comenzar con ciertas características, con cierta idiosincrasia, y para alcanzar una meta, tener que deshacerse de ciertos hábitos y obtener otros.
ResponderEliminarEstimado: Soy Eusebio. Eusebio Q. Dada su visión, lo veo en acuerdo con Arbarello H. En consecuencia, no preveo una amistad entre nosotros, pero igualmente sospecho que no habrá de ser importante. Po último, me veo obligado a mencionar que respeto su visión. Buenas tardes.
ResponderEliminarLo mismo para Usted.
ResponderEliminar