jueves, 23 de febrero de 2012

Desetimar el texto como único fin:

Buenas Tardes: Soy Eusebio. Eusebio Q. Expresándome bajo neta sinceridad es extraño, para un hombre como yo, formar parte alguna de este tipo de recursos. La tecnología más bien tiende a inquietarme en un principio, y más tarde, normalmente sin excepción, a generarme una absoluta resistencia ante ella.
¿Cuál es el fin, entonces? Desestimar un texto. Desestimarlo, hasta su última palabra. 
¿Alguna vez les han compartido algo, de lo que habrían de salir perjudicados bajo la simple razón de que fuera cierto? Pero, ¿y si no es cierto? Entonces no tengo por qué sufrir las consecuencias. Las consecuencias de estas premisas que Arbarello H. me obsequió justo antes de no emitir exalación alguna, hasta el día de hoy y, pienso, para siempre.
He tenido una vida surcada de incógnitas. Incógnitas que Arbarello H. dice poder responder, por medio de su texto, con suma claridad y exactitud. Me remito a esas hojas, y pongo en marcha las ecuaciones que hay en ellas, y como resultado (para mi desdicha), gran parte de estas (sino todas) vienen siendo acertadas. Hasta ahora, digo, porque seguramente, si alguien lee esto,  podrá desestimar, con ejemplos propios, estas pautas. Desestimarlas, al punto de que podamos, los lectores y yo, reírnos de las inconsistentes afirmaciones de Arbarello H. 
Reírnos, como hasta ahora no me he reído de ellas.
Saludos



1 comentario: